miércoles, 19 de septiembre de 2012

Recordando a Sadako.


Con la esperanza de que se pudiera evitar la guerra en el futuro, los niños juntaron dinero para construir un monumento a Sadako y a las grullas.
"Este es nuestro grito, esta es nuestra plegaria: paz en el mundo", dice la inscripción en la Plaza de la Paz de Hiroshima, debajo de un monumento desde donde la imagen de Sadako, con una grulla entre las manos alzada en vuelo, contempla el porvenir. Esa misma plaza, cada 6 de agosto, se puebla de papeles rojos y blancos, doblados, volando con el viento y recordando, recordándonos, lo que los seres humanos somos capaces de hacer.


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